Comprar The I of the Dragon PC CD KEYS baratas desde €0.37 🎮

Resumen

El mundo de Nimoa es tan hermoso como el rocío de la mañana, pero sólo a primera vista. Bajo la superficie de colinas y valles fértiles acecha un mal antiguo y eterno. Vive como un moho, extendiendo hilos por una zona infectada como setas mortales. El centro de este "ser" en las profundidades del mundo subterráneo es el demonio gigante, Skarborr.JUEGO
Tú, el jugador, tomas el papel del joven e inexperto dragón. En el papel del salvador de Nimoa te mueves por los cielos y te enfrentas a todos los desafíos del malvado Skarborr. Al principio del juego el jugador puede elegir entre tres dragones: Annoth el que respira fuego, Barroth el mago y Morrogh el nigromante. Los tres son diferentes y los tres tienen sus propias formas de enfrentarse a los numerosos adversarios que se encontrarán. También desarrollarás las habilidades de combate del dragón a lo largo del juego para enfrentarte a enemigos cada vez más duros y resistentes, hasta que conozcas y conquistes al mismísimo Skarborr.

Eso no es todo, también tendrás que controlar a otros personajes y completar tareas importantes en el camino hacia la victoria general: un señor de la guerra y su corcel en una misión de investigación potencialmente fatal, el cazador totalmente competente en una misión de delicada precisión y asesinato selectivo y las tres enormes criaturas y sus jinetes en un intento de destruir los generadores mágicos que mantienen a los dragones alejados de la próxima gran pelea.

A través de 12 enormes y diferentes áreas geográficas la tarea no es sólo cazar y destruir monstruos despreciables, sino construir, mantener y defender asentamientos humanos. El carácter individual de cada dragón, los impresionantes gráficos fluidos y los adictivos y agotadores combates aéreos te proporcionarán muchas horas de juego que, en ocasiones, te harán sudar la gota gorda.

También caerás bajo el hechizo de "La I del Dragón", con su atmósfera mística, sus impresionantes amaneceres y sus coloridos pero ominosos atardeceres, pues quién sabe lo que nos deparará la noche.