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Resumen

A diferencia de los anteriores juegos de Driver, Parallel Lines tiene lugar en una sola ciudad, Nueva York, en lugar de en varias, pero en medio de la historia se cambia a diferentes épocas de la ciudad: 1978 y 2006. Debido a los decepcionantes resultados de Driv3r, sobre todo en las secciones a pie, a menudo perdidas, Parallel Lines vuelve a la fórmula utilizada en los anteriores juegos de la serie, centrándose en la conducción, aunque los disparos permanecen en el juego.

Argumento

T.K es un chico de 18 años que acaba de llegar del campo a la ciudad de Nueva York, "buscando hacer el bien". Utilizando sus habilidades de conducción, se hace conocido en los bajos fondos como conductor de ruedas y de huidas para los ladrones que asaltan las tiendas "nickel and dime". Vive con su amigo de la infancia, Ray, que llegó en 1975 y, tras una corta carrera como conductor, montó el taller Ray's Autos. T.K. pasa su tiempo descansando en la habitación de Ray, corriendo y haciendo diversos trabajos por la ciudad, declarando que "después de un par de semanas, se sentía como en casa".

Ray, que desea ascender en la escala criminal, presenta a T.K a Slink, propietario de un popular club de Harlem, y éste le demuestra su valía haciendo algunos trabajos para él y manejando sus habilidades con una pistola. También le presentan a un gángster conocido como The Mexican, al que ayuda con sus habilidades de conducción entregando paquetes por toda la ciudad y probándose a sí mismo contra el último conductor, al que The Mexican ha encerrado en su maletero como castigo. Más tarde, también le presentan a un criminal local llamado Bishop, que le pide a T.K que se infiltre en Riker's Island y saque de contrabando a Candy, un gángster local encarcelado allí. Mientras tanto, T.K también ayuda a Ray con su deuda de juego haciendo otros trabajos extraños por la ciudad para pagarle.

Después de reunirse con Slink, Bishop, The Mexican y Candy, le presentan a Corrigan, un agente de policía corrupto que hace las veces de traficante de drogas. Dado que la cocaína tiene un gran arraigo en el mercado de la droga de Nueva York y que será una estrella en ascenso en los años 80, la organización de Corrigan desea hacerse con el control de la distribución de la cocaína, pero su principal problema es Rafael Martínez, un narcotraficante colombiano que tiene el monopolio del comercio de la droga, por lo que planean secuestrarlo y pedir un rescate, que servirá para iniciar un destacado tráfico de drogas. Tras preparar una elaborada emboscada, en la que Candy demuestra ser crucial con su capacidad de planificación, consiguen secuestrarlo. Después de que el cártel colombiano ceda y proporcione el rescate, T.K es recogido y escapa de los hombres del cártel por los tejados, con El Mexicano proporcionándole cobertura. Después de entregar el rescate a Corrigan, éste mata repentinamente a Martínez de un disparo, mientras el resto de la banda se marcha. Corrigan revela que T.K va a ser el chivo expiatorio, vende a T.K y le dispara. T.K. sobrevive, pero es arrestado, juzgado y condenado a 28 años en la famosa prisión de Sing-Sing.